Hay que aprender a vivir con el sargazo y saber controlarlo

ElEl recale de sargazo es un fenómeno inevitable por dos factores difíciles de evitar: el calentamiento global, una realidad que tiene efecto en todo el mundo y al que nadie frena, y la concentración de nutrientes, que sólo se podría evitar con plantas de tratamiento prácticamente en todas las ciudades para llegar a cero contaminación al mar, explicó Esteban Amaro, hidrobiólogo, consultor ambiental y director de la Red de Monitoreo del Sargazo Cancún.
La temperatura se ha elevado y, además, se ha incrementado la cantidad de nutrientes, sobre todo de origen nitrogenado, que se concentran en la desembocadura del Amazonas y del Orinoco, como se ha dicho.
En entrevista para el noticiero matutino de Radio Fórmula, indicó que el sargazo viene de África, del Golfo de Guinea, llega a la desembocadura del Amazonas y del Orinoco y ahí se consolida, se nutre y se da una explosión en su biomasa y su desarrollo.
Su conclusión es que tenemos que acostumbrarnos a convivir con el sargazo, saber cómo controlarlo y tener un programa responsable y bien definido de cómo lo vamos a tratar, como se debe hacer también con la basura.
Asimismo, explicó que en este momento el sargazo dio una tregua, pues hay poco en aproximación en los 2 mil kilómetros entre la Península de Yucatán y Jamaica, pero al sur de la isla se observa una acumulación importante y, más al Este, en el Arco de las Antillas también hay bastante, al igual que en la desembocadura del Amazonas.
En consecuencia, tendremos dos o tres semanas con recales de baja intensidad y luego, a finales de agosto o principios de septiembre, el volumen aumentaría. Eso no implica que todo el sargazo que está en el mar llegará a Quintana Roo, pues si bien la corriente del Golfo es la que lo transporta, su dirección depende de las subcorrientes, corrientes secundarias y terciarias.
El profesional recordó que hay temporadas de intensidad en el recale de sargazo, cuyo volumen aumenta si la temperatura del agua se eleva porque de eso depende su reproducción. Eso coincide con los cambios estacionales de las corrientes y, “cuando la corriente del Golfo nos pega de lleno”, el volumen del alga aumenta.
Por otro lado, recordó que en la Red de Monitoreo del Sargazo Cancún colaboran oceanólogos, biólogos, ingenieros civiles y un arquitecto, quienes en 2015, año en el que se dio el primer recale importante de sargazo, crearon la Red, pero la mantuvieron cerrada hasta comienzos del año pasado, cuando decidieron abrirla para dar a conocer su información y conclusiones.
En la carrera de Hidrobiología hay un diplomado sobre Administración de Recursos Naturales y una herramienta para eso es la percepción remota mediante sistemas de información geográfica, que incluyen el uso de satélites y otros dispositivos, como los vehículos no tripulados, que son los drones.
Nosotros decidimos utilizar tecnologías combinadas. En la mayor parte de los diagnósticos sólo se utilizan sistemas de resolución mediana, llamados sistemas Modis, pero hay que ser un experto para monitorearlos e interpretarlos. Es difícil hasta para los especialistas.
Nuestro monitoreo se hace en tres vertientes. La principal, que abre todo el panorama, es la satelital. Estamos conectados a varias plataformas, como el Landsat 8 o el Goes 16, satélites geoestacionarios que están siempre en un punto y se actualizan cada 3 horas. Sin embargo, no son infalibles, hay factores que afectan la lectura, como días nublados o perturbaciones atmosféricas.
Ahí es donde nos apoyamos en otras tecnologías, como los drones, un recurso estupendo si tienen capacidad para recorrer 100 km y retornar. Nos brindan una estupenda radiografía de la situación en tiempo real y constituyen una de las herramientas más fuertes para que el diagnóstico sea lo más certero posible, añadió.
Nosotros lo tenemos porque una compañía que forma parte de la Red se dedica, de manera comercial, a los vuelos con drones. Además, compramos dos de alta capacidad, con sensores multiparamétricos de cinco bandas, que es como si tuvieras un satélite, pero la lectura es a 100-150 metros de la playa. Permite un monitoreo en tiempo real, sin esperar a que se actualicen las plataformas y sin solicitar permisos, continuó.
En un vuelo en la Zona Hotelera se mueve a una altura de ente 100 ó 200 metros de altura. En principio, se eleva a 250 metros en un punto central y realiza un paneo de 360 grados. Eso nos da una radiografía y un panorama amplio, gracias a que una cámara térmica y a que, en el caso del sargazo, tiene pigmentos que se iluminan con cierta longitud de onda con la que están calibrados los sensores.
La herramienta más poderosa es la red de casi 60 mil seguidores, quienes nos envían fotos y videos de Tulum, de Playa del Carmen, y eso hace más certero el diagnóstico.
Nosotros hacemos un primer acercamiento con el satélite, con el que hemos aprendido a identificar puntos clave y, en caso de dudas, enviamos el dron y, si las dudas persisten, pasamos a las fotografías y obtenemos una radiografía con alto porcentaje de confiabilidad.

Por Infoqroo