El caso de Ana Lucía, hija de Walter Ruppercht, mexicano que tuvo que viajar a Suiza porque en México no le facilitaron las medicinas que por derecho le correspondían a una niña mexicana enferma de cáncer, ahora Ana Lucía se encuentra delicada por no haber recibido a tiempo las medicinas que tanto pidió su padre al gobierno, así como otros padres de familia para sus hijos enfermos.
Es terrible y doloroso que situaciones cómo está sucedan a diario en nuestro país, que la vida de una persona esté en juego por dar prioridad a otras cosas, la salud siempre será prioridad y derecho inalienable.
Espero que Ana Lucía se recupere y sea muy feliz, así como todos aquellos niños que están sufriendo terribles enfermedades que no deberían padecer.
En estos tiempos y siempre, la empatía, la colaboración, la solidaridad y los derechos humanos deben estar más vigentes y ser respetados por todos.
Lic. Claudia Elena Díaz Lozano
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